Lo que nadie te dice de cuidar la salud de tu recién nacido

Sin duda, el famoso dicho “nadie nos enseña a ser padres” es una realidad. Ser madre o padre de un bebé siempre es un reto y aprendizaje constante. Se trata de un viaje en donde podrás sentir miedos, inseguridades o dudas, pero, ¡no te preocupes! Es parte del proceso.

Aunque encontramos infinidad de información en la red o libros sobre cómo cuidar a nuestros pequeños, existen algunos consejos que nadie nos cuenta. ¿Deseas conocerlos? Sigue leyendo.

Baña a tu bebé después de 24 horas de nacido

El primer baño es una experiencia maravillosa, pero es posible que tengas ciertas dudas sobre cuándo realizarlo. La OMS recomienda hacerlo después de 24 horas de nacido aunque aún tenga el cordón umbilical. 

Pero, ¿por qué esperar? Primero que nada, es por seguridad de tu bebé. Si lo bañas horas después de nacer, tienen mayor probabilidad de sentir frío y sufrir hipotermia. Además, puede ser muy estresante para tu pequeño, al grado de provocar una caída del nivel de azúcar en la sangre.

Otra razón es porque la sustancia blanca con la que nacen, llamada vérnix casesosa, actúa como hidratante natural y tiene propiedades antibacterianas. Al bañar a tu bebé de inmediato, le quitarás esta protección y su piel puede resecarse. 

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Controla el uso de los chupetes

¿Has visto que tu bebé succiona su dedo pulgar? Esto sucede porque es un reflejo que le brinda un efecto calmante. Por ello, el chupete se ha convertido en una gran alternativa para tranquilizar o distraer a los pequeños.

Sin embargo, el uso prolongado del chupete puede causar los siguientes riesgos: 

• Dependencia: si tu bebé está acostumbrado a usar chupete la mayor parte del tiempo, es posible que tenga ataques de llanto cada vez que se lo quites o caiga de la boca.

• Infección de oídos: el uso constante del chupete aumenta el riesgo de sufrir otitis media aguda, una enfermedad que también afecta el aparato respiratorio.

• Problemas dentales: suelen interrumpir el crecimiento de los dientes de tu pequeño ocasionando un mal alineamiento. 

¡Evita estos alimentos!

Es importante que durante la etapa de lactancia tengas cuidado con ciertos alimentos en tu dieta, sobre todo, aquellos con un sabor muy intenso porque pueden alterar el sabor y la consistencia.

Te recomendamos que evites el consumo de cafeína, chocolates, ajo, espárragos o incluso, los tés, ya que existen varias plantas que pueden provocar efectos secundarios en tu bebé. Por lo general, las sustancias que producen estos alimentos suelen liberarse en la leche materna y ocasionan irritación en el intestino de tu pequeño o cólicos.

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No uses almohadas en la cuna

Durante los primeros meses, es esencial que tu bebé duerma seguro. Para lograrlo, usa un colchón firme con una funda que puedas extraer para lavarla regularmente. Asegúrate que ningún objeto obstruya la cuna porque podrías poner en riesgo su respiración causando asfixia.

De hecho, la Asociación Española de Pediatría desaconseja las almohadas hasta los 2 años y recomienda que la cuna o el lugar donde duerma tu pequeño esté totalmente despejado, es decir, sin juguetes o peluches.

Por otra parte, la postura correcta para acostar a tu bebé es boca arriba. Esto hará que después de comer los gases molesten en menor medida y evitarás un peligro mayor como el fallecimiento, ya que dormir boca abajo provoca que la presión sanguínea baje y se reduzca la cantidad de oxígeno en el cerebro.

Sin duda, ser padres primerizos es todo un reto porque aún se desconocen varios aspectos del cuidado del bebé, pero sin duda, es una de las etapas más maravillosas que puedes experimentar en familia. Por esta razón, no dudes en proteger la salud de tus seres queridos con seguro médico que se convertirá en tu aliado en todo momento.

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