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Cómo ser un mejor padre de familia (y hasta ganarte un trofeo)

El modelo de paternidad ha evolucionado demasiado en poco tiempo.

La figura del padre ajeno, disciplinario y proveedor se ha desdibujado al grado de lucir anticuada.

Los padres de la actualidad comparten y se involucran más, lo que les brinda una cercanía diferente a la tradicional.

Y una parte innovadora es el vínculo sentimental que logran con sus hijos independientemente del que tienen con la madre. No se trata de una competencia consciente, sino de un impulso natural en el entorno más íntimo de la sociedad.

Antes las madres eran las únicas que establecían una relación sentimental con sus hijos y los padres se limitaban a tener una distancia que muchas veces los acotaba en ese sentido.

Para estas generaciones ha sido compleja la evolución pues en general vienen de un modelo en el que la madre estaba mucho más involucrada con ellos y al padre solo se le tenía como un facilitador de recursos y en el mejor de los casos como un miembro más al que solo había que darle más respeto que al resto.

Pero hoy los varones que crecieron en ese esquema están deseosos de acrecentar las relaciones y emociones con sus hijos, se muestran angustiados y se preguntan todo el tiempo “cómo convertirme en mejor padre”.

Si estás buscando cómo ser un mejor padre de familia, aquí te dejamos algunos consejos para ganarte ese trofeo.

Ábrete. Las emociones están ahí pero te han enseñado a no expresarlas. Si un padre muestra sentimientos como alegría o felicidad le ayuda a los niños a fortalecer su autoestima.

Respeta. Además del amor que les demuestras, enséñales que respetas a su madre y al entorno social. No importa si estás o no con ella, lo que importa es que vean que tienes ese valor.

Dales tiempo. No hay nada que valoren más que el tiempo. Organiza un espacio en tu agenda exclusivamente para ellos y en la medida de lo posible, respétalo sin concesiones.

Dialoga. Compárteles tus anécdotas de vida. Empieza y da énfasis en lo positivo. No significa que tengas que mostrar siempre el lado bueno, pero si ellos conocen tu historia la comprenderán mejor.

Optimiza. No es necesario salir juntos de vacaciones para compartir momentos. Si están lavando el auto o quitando las hojas del jardín, es un buen espacio para intercambiar experiencias.

Disciplínalos. No se trata de agarrar el cinturón o gritarles para que te teman. Establece reglas razonables, justas y claras para que ellos sepan los límites y se formen en ellos.

Lee. Sí, leer es uno de las mejores hábitos que puedes darles. Si te ven hacerlo seguramente lo replicarán. Háblales de los beneficios de la lectura. Por ejemplo, si resuelves un problema, diles que lo aprendiste leyendo.

Sé ejemplar. Las acciones hablan más que las palabras y son el mejor argumento para convencerlos de hacer lo mejor. No somos perfectos, pero sí podemos aspirar a serlo.

Dales libertad. La sobreprotección les hace más daño que bien. Tú no vas a poder estar ahí siempre, así que más vales que les des herramientas para que ellos mismos se cuiden.

La vida está hecha de momentos. Los buenos padres crean, propician, producen y guardan los mejores para los hijos. Es algo de lo que no te arrepentirás jamás.

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