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Preparativos para la llegada de un hijo: ¿qué no debes olvidar?

Los preparativos para la llegada de un hijo son tan especiales como la noticia mismo de su nacimiento.

La infancia es la etapa de crecimiento y desarrollo que sentará las bases para el resto de la vida, en todos los aspectos.

Por eso el control de un niño sano es el camino para el bienestar de él y toda la familia. El seguro médico que contrates debe tomar en cuenta estos factores.

El control abarca una evaluación completa donde el médico revisa el crecimiento y desarrollo del menor a fin de hallar y prevenir algún problema eventual. Este proceso es básico porque muchas enfermedades, padecimientos o problemas aparecen en esta etapa.

El médico deberá documentar peso, estatura, talla, sentidos y toda la información que sea importante. No es sólo una visita, el control puede llevar varias sesiones de toma de muestras, análisis, revisiones y contraste para estar seguros que no hay nada raro.

Aún si tu hijo se ve saludable, debes realizar estos controles ya que así es más fácil detectar cualquier situación anormal.

En las consultas recibirás información importante acerca de temas como nutrición, sueño, seguridad y las enfermedades más comunes.

Antes de acudir con el especialista, escribe tus dudas e inquietudes para que no olvides ninguna. Todos los registros que realice servirán como antecedente para ayudar en el futuro ante cualquier enfermedad que pueda presentarse y también para llevar de una forma más ordenada la historia clínica del niño.

Incluso antes de que nazca tu hijo acude a estos controles pues es aquí donde se detectan los embarazos de alto riesgo o las enfermedades congénitas.

Pregunta siempre acerca del Índice de Masa Corporal, pues es una de las referencias más útiles e importantes para vigilar situaciones de desnutrición o de obesidad en cualquier niño.

Vale la pena incluir las citas en los calendarios familiares para que quede agendado de manera rutinaria. El calendario básico puede quedar de esta manera (aunque no olvides platicarlo con tu ginecólogo primero, durante el embarazo, y luego con el pediatra):

  • Una visita mensual durante el embarazo (según recomienda la Asociación Americana de Ginecología y Obstetricia).
  • Al nacer, entre dos y tres días después de llevar al bebé a casa.
  • Tres semanas de su nacimiento.
  • Control mensual durante el primer año.
  • Al menos tres visitas anuales hasta los 6 años.

Es normal que los padres primerizos se muestren más proactivos para seguir estos procesos, pero si ya tienes más de un hijo no niegues esta oportunidad al resto.

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