Nadie quiere necesitar un seguro médico pero, cuando lo necesita, nadie se arrepiente de tenerlo.
La salud es la riqueza más grande. Aunque tengamos mucho dinero no podemos disfrutarlo si no estamos sanos, además nadie puede evitar las enfermedades o accidentes cotidianos y mucho menos los males más graves.
La vida sedentaria no es muy sana. Todo el tiempo buscamos “Cómo cuidar mi salud” y nos interesan temas relacionados con el bienestar, pero cuando se trata de ponerlos en marcha lo dejamos para “después”. De ahí que los accidentes cerebrovasculares, los ataques cardiacos o el cáncer rondan nuestra existencia de manera incisiva.
Por estas razones, el seguro de gastos médicos existe, para hacer una diferencia en nuestra economía, pero sobre todo en nuestra salud.
Al estimar el riesgo general de los gastos de atención médica en un grupo específico poblacional, las aseguradoras desarrollan una estructura financiera que permite a los asegurados estar protegidos contra la mayoría de los riesgos a cambio de una cuota o prima específica.
Algunas empresas tienen contratado este servicio para sus empleados, pero al ser un seguro muy general, no cubre las mismas necesidades para un grupo heterogéneo. Y no es que no funcionen, pero al tratarse de algo genérico, no aterrizan en especificaciones.
Por ejemplo, el seguro de salud que te da tu empresa puede tener una cobertura dental, pero no te protegerá si requieres una extracción de muelas del juicio, ya que solo cubre endodoncias simples.
En general, las pólizas colectivas están llenas de exclusiones porque de lo contrario su precio sería incosteable. Es como si quisieras alimentar a mil personas, el presupuesto sería mucho más caro si a cada uno le preparas lo que quiere, en lugar de un solo platillo para todos. Así funcionan las cosas más o menos en el caso de los seguros de salud colectivos.
Y además, suponiendo que cambias de trabajo, perderás el paquete de preexistencias, pues la nueva compañía no atenderá enfermedades o males que ya tenías a diferencia del paquete anterior. En cambio, si cuentas con una póliza personal, nada de esto será un problema, pues no influirá en absoluto con tus decisiones y pasos profesionales, lo cual da una ventaja adicional.
Si estás pensando que el seguro que te da la empresa es suficiente y que podrías contratar algo personal una vez que te jubiles, toma en cuenta que los costos no serán considerablemente más elevados cuando llegues a esa edad.
¿Necesito un seguro médico personal?
La respuesta es sí. Entre más grande y personalizada sea la cobertura, más protegido contra enfermedades o accidentes estarás y la atención médica estará garantizada para el momento y en las condiciones que la requieras.
En resumen, el seguro de salud es importante para los individuos y las familias, ya que alivia la carga de cualquier emergencia médica inesperada, tales como cirugías simples y visitas a la sala de emergencia que hacen facturas incosteables.