Un seguro es como un traje sastre o como una pieza de refacción para el automóvil, debe ser a la medida para que funcione.
El ramo de los seguros y fianzas es inmenso, hay de vida, médico, de auto, de casa, de empresa, de salud y un largo etcétera de productos especializados para animales, eventos o situaciones específicas.
Y es aquí donde entra el agente de seguros, el auténtico especialista en este producto que puede diseñarnos algo de acuerdo a nuestras necesidades y presupuesto.
Además, ellos conocen mejor que nosotros el mercado y saben en dónde están las mejores cotizaciones y los mejores servicios para proteger nuestro patrimonio. Son una garantía no escrita de que la cobertura esté vigente y que los pagos estén al día, pues en caso de que esté por vencer nuestra póliza, ellos serán los más interesados en renovarla para no dejarnos desamparados.
Un buen agente no solo funciona en la etapa de asesoría y contratación, ya que nos ayuda a saber qué y cómo lo necesitamos. Escucha nuestras dudas e inquietudes y tiene una respuesta inmediata.
Cuando ocurre una tragedia o un siniestro, el asegurado se encuentra en un estado de vulnerabilidad e indefensión.
Un ejemplo claro es el de una mujer que ha quedado viuda de manera inoportuna. Al morir su pareja no sólo se enfrenta a la de por sí terrible situación, sino que debe manejar con entereza los pagos a proveedores de los servicios funerarios, los papeles necesarios para acreditar la situación y eso sin soltar las riendas de su familia, que es lo más importante. Un agente de seguros puede resolver cosas de tipo administrativo y quitarle esa complicada carga, lo que le da un valor incomparable. Ese es sólo un ejemplo de que una buena asesoría puede hacer la diferencia.
La importancia de un seguro médico o de cualquier otro tipo radica en que nadie quisiéramos usarlo, pero cuando lo necesitemos, quisiéramos que estuviera ahí sin ningún tipo de falla.
Las quejas de los beneficiarios de servicios de seguros son en su mayoría por falta de claridad, lo que bien pudo resolverse con una buena atención previa. Las compañías lo saben y por eso están invirtiendo cada vez más en la capacitación y entrenamiento de los agentes, porque al final del día, ellos representan la cara de cada firma.
Elegir el producto más adecuado depende de nosotros, pero siempre podemos apoyarnos en los expertos. Se trata de nuestra familia, nuestro patrimonio y sobre todo el bienestar de todos.