El fallecimiento es un acontecimiento al que naturalmente todos somos susceptibles y que, además de las consecuencias familiares, tienen un impacto significativo en caso de que tengas un emprendimiento.
¿Qué pasaría si un día ya no puedes estar al frente? A continuación, te compartimos algunas de las situaciones que puede afrontar tu negocio.
En este caso, la herencia juega un papel determinante respecto a la continuidad de tu negocio. Cuando existe un testamento, todos los derechos y las obligaciones pasan a ser parte de la persona que nombraste como beneficiario de este patrimonio.
Si dejas pagos pendientes como impuestos, costos de renta, nóminas de los colaboradores o algún crédito hipotecario, serán trasladados al o los herederos.
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En caso de que tus familiares o socios no tengan los recursos suficientes para continuar con las operaciones del negocio, deberán cerrarlo o incluso, declararse en bancarrota. Es importante que comuniquen a los trabajadores la situación actual y finalicen los contratos de trabajo.
Al tratarse de un cierre, tus colaboradores tendrán derecho a una indemnización por el tiempo laborado. Esto se debe calcular tomando como base el promedio de salario de cada persona y equivale a un mes de sueldo por año trabajado.
Así mismo, al optar por declararse en bancarrota, el proceso será más extenso y complicado, pero al ser comprobada la situación financiera por el juez designado, los pagos pendientes serán excluidos.
¡Continuar con el negocio sí es posible! Esto lo lograrás con un respaldo financiero como un seguro de vida, por ejemplo, que brinde los recursos necesarios a tus familiares para mantener en pie las operaciones.
Con la suma asegurada podrán solventar las deudas pendientes, el pago de los trabajadores, los servicios básicos del local, adquirir nueva mercadería, entre otros.
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El fallecimiento supone distintos gastos que suelen afectar la economía familiar. En caso de no contar con un aliado financiero como el seguro de vida, la posibilidad de que tu negocio esté en riesgo incrementa debido a distintos factores como la escasez de fondos o la falta de administración, por ejemplo.
Adquirir hoy tu póliza es el mejor momento y darás estabilidad financiera a los que más amas. Puedes contratarlo desde los 18 años o incluso hasta los 70. ¿Deseas más información? Haz clic en la imagen de abajo para que un ejecutivo se ponga en contacto contigo.