Dicen que los peores enemigos son los silenciosos y los que no se dejan ver. Cuando hablamos de infecciones estomacales, esta sería la descripción justa del helicobacter pylori. Esta la provoca una bacteria del mismo nombre que “engaña” a los que la sufren y que según estudios, está presente en más de la mitad de la población mundial.
Son varios los síntomas que experimentan los infectados y la mayoría de personas van al médico, hasta que comienzan con las molestias provocadas por la úlcera péptica, pero estos son acompañados por lo siguiente:
Dolor y/o ardor en el abdomen.
Dolor abdominal que se agudiza cuando el estómago está vacío.
Falta de apetito.
Gases frecuentes.
Pérdida de peso involuntaria.
Si comienzas a experimentar esto es necesario que visites a tu doctor de confianza, si todavía no tienes, en Seguros El Roble, cuentan con la red de médicos más importante del país.
Hay que ser claros que solamente hay dos grandes razones de contagió del helicobacter pylori. La primera es el contacto directo con vómito, heces fecales y saliva: además, por consumir agua y alimentos contaminados.
Los chequeos constantes también son importantes para descartar que esta infección entró al cuerpo humano. Los galenos regularmente hacen pruebas de aliento con urea, análisis de sangre y búsqueda de antígenos en las heces.
Detecta la presencia e infección del helicobacter pylori a tiempo puede ahorrarte muchas molestias, además de desórdenes alimenticios en el futuro. Los tratamientos para curarlo se basan en el uso de antibióticos y mantener una dieta balanceada.
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