La sinusitis es una enfermedad respiratoria propia del invierno que, de no atenderse, puede tener complicaciones.
Cuando los senos paranasales, los espacios huecos situados alrededor de la nariz, se inflaman por una infección, impiden que drene la mucosidad habitual y, por tanto, se acumula, produciendo dolor de cabeza e, incluso, fiebre.
Se dice que es aguda cuando se presenta en periodos menores a cuatro semanas y es causada por bacterias o virus, mientras que se le llama crónica si los síntomas persisten por más de tres meses y la producen bacterias u hongos.
Aunque a veces se confunde la sinusitis con la rinitis es importante reconocer la diferencia entre ambas. La primera es, como ya dijismos, la inflamación de los senos paranasales, mientras que la segunda es la inflamación de las fosas nasales debido, en la mayoría de los casos, a las alergias.
Se puede decir, entonces, que la rinitis alérgica puede ser uno de los detonantes de la sinusitis al obstruir el flujo de la mucosidad y propiciar la reproducción de las bacterias, virus y hongos.
Entre las medidas de prevención de sinusitis están:
Atender rápida y adecuadamente los casos de gripe y alergias que puedan causar obstrucciones en la nariz
Alimentarse y descansar bien y mantenerse relajado para reforzar al sistema inmunológico
Vacunarse contra la influenza
Evitar estar en contacto con o cerca de personas con enfermedades respiratorias en espacios cerrados
Intensificar las medidas de higiene como lavarse las manos frecuentemente y siempre al regresar a casa y antes de comer, y no compartir vasos y cubiertos con familiares agripados
No fumar y evitar ejercitarse al aire libre si las condiciones ambientales no son las adecuadas
En caso de alergias, seguir el tratamiento adecuado para impedir su recurrencia
No abusar de las gotas nasales para intentar aliviar las molestias pues pueden ocultar la enfermedad
Mantenerse alerta de los síntomas es una buena medida preventiva pues se acudirá a tiempo con el médico y se recibirá tratamiento rápidamente, evitando que la enfermedad pase de aguda a crónica.
Los síntomas que se pueden presentar son:
Pérdida del olfato o mal aliento
Tos
Agotamiento
Sensación de "cuerpo cortado"
Dolor en el área de las cejas, los pómulos y el puente de la nariz
Dificultad para respirar por la nariz
Contar con un seguro de gastos médicos te facilitará la decisión de buscar la ayuda profesional que necesitas, ya sea la visita a un especialista o la realización de estudios clínicos para determinar la gravedad del padecimiento.
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