Uno de los mayores desafíos al que nos podemos enfrentar es el cuidado de un ser querido con discapacidad. Sin embargo, preocuparse por su salud física y emocional es el acto de amor más grande que puedes hacer y, definitivamente, la vida te recompensará.
Sabemos que en gran medida depende de ti, pero también estamos seguros que ganarás un amor sincero y puro para toda la vida. Si estás buscando ayuda para saber cuál es la mejor manera de cuidarlo, toma papel y lápiz porque te compartiremos algunos consejos.
Una persona con discapacidad, según la Organización Panamericana de Salud, son aquellas que tienen deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo y que pueden obstaculizar su participación en la sociedad. La mayoría de enfermedades evolucionan con el paso del tiempo, por eso es importante conocer el estado en el que se encuentra tu ser querido en cada momento.
Nuestra recomendación es que visites al médico cada vez que el especialista lo indique, lo lleves a terapias o sesiones de rehabilitación de ser necesario y te encargues de administrar los medicamentos que hayan recetado.
Hacer ejercicio ayudará a que los músculos y articulaciones se estiren, aumenten su flexibilidad y se fortalezcan, lo que permite evitar lesiones con mayor facilidad. Por ello, es aconsejable que realice actividad física moderada todos los días. Pueden dar un paseo de 30 minutos cerca de tu vivienda o utilizar las tablas de gimnasia que son especializadas para los estiramientos de piernas y brazos.
Si la movilidad de tu ser querido es reducida y debe pasar mucho tiempo en reposo, adquiere una cama eléctrica que permita cambiar su postura cada cierto tiempo. Además, con unos minutos de ejercicio los músculos mantienen su flexibilidad.
¡No descuides su alimentación! Como cualquier otra persona, necesitará una dieta balanceada para reducir el riesgo de obesidad o de enfermedades como diabetes, cardiopatía, osteoporosis e incluso cáncer.
Inspírate en la cocina y bríndale una dieta saludable, rica en nutrientes y en las porciones adecuadas. Existen muchas maneras de preparar recetas deliciosas, pero sanas, así que busca en internet algunas ideas o consulta a un nutricionista.
Según la CDC, las personas con discapacidades presentan tasas más altas de estrés y depresión. Por eso, es importante que realices actividades que mejoren su autoestima y lo ayuden a sentirse mejor emocionalmente.
Si es necesario, ayuda a bañarla, vístela, arréglala y ponla bonita todos los días, aunque no salgan de casa. Puedes optar por las actividades recreativas como la natación terapéutica, los juegos de memoria, la musicoterapia o las manualidades.
Sin duda las personas con discapacidad dejan huella y una gran enseñanza de vida. A pesar de los retos que enfrentan en el día a día, luchan por alcanzar sus metas como cualquier otra persona y brindan cariño sincero e incondicional a quienes los rodean. Demuéstrale tu afecto con estas recomendaciones y adquiere un seguro de vida para que, en caso de que hagas falta, sigan cuidando de él y apoyándolo financieramente.
Adquirir un seguro de vida te dará tranquilidad emocional de saber que aunque llegues a faltar, contará con un respaldo económico que permita continuar pagando los gastos que tu familiar merece.
Protege tu vida y recuerda que adquirir hoy tu póliza es la mejor expresión de amor para los que más queremos. Puedes contratarlo desde los 18 años o incluso hasta los 70. ¿Deseas más información? Haz clic en la imagen de abajo para que un ejecutivo se ponga en contacto contigo.