El ritmo de vida ha cambiado, pero no así las prioridades y los hijos son y seguirán siendo una de ellas.
Antes la hora de la comida familiar era sagrada e intocable, pero con ambos padres trabajando este momento se ha ido extinguiendo poco a poco.
Hoy la familia se reúne menos tiempo y con menos frecuencia, lo que ha impactado en nuestra manera de consumir los alimentos tanto en calidad como en cantidad. Nuestro ritmo de vida no favorece al desarrollo de un ambiente saludable.
Esto, sin lugar a dudas, ha generado problemas de salud. Hace poco seguro te preguntabas “¿Cómo cuidar la salud de mis hijos si apenas tengo tiempo para trabajar y hacer los quehaceres del hogar?” Y tienes razón, esto se está poniendo difícil, pero no estamos solos y hay muchas estrategias para hacerlo.
Tal vez no podamos vivir en función de un horario para la comida familiar, pero sí podemos cuidar lo que comen los niños.
Después de mucho investigar e intercambiar información con otros colegas, logramos reunir una serie de consejos para ofrecerles una alimentación adecuada sin sacrificar horas laborales, domésticas o de descanso.
Si tus hijos ven que consumes cosas sanas, ellos lo harán. Es así de simple. Predicar con el ejemplo es una de las mejores maneras de educarlos. Nadie dice que no puedas comer una hamburguesa con papas a veces, pero no lo hagas todo el tiempo.
Todos los días y a todas horas ofréceles frutos y verduras de temporada para que su dieta esté llena de vitaminas y minerales. Ponlas en lugares accesibles y ya lavadas para que ellos mismos las tomen.
Aquí están las proteínas. Una dosis de carne, pescado o huevo al día les darán la cantidad que necesitan para abastecerse. Sé creativo en su presentación para que le tomen gusto.
Utilízalo en las ensaladas y consúmelo en vez de los aderezos.
Los aderezos a base de mayonesa o aceite suelen tener grandes porcentajes de grasa. Si vas a consumir aderezo, que sea uno a base de limón o vinagre.
Aquí está el calcio que requieren para desarrollar huesos sanos y fuertes.
Si los pequeños tienen tendencia al sobrepeso, ofréceles productos descremados. No podemos evitar los accidentes de niños, pero sí podemos fortalecerlos para enfrentarlos cuando ocurran.
Las gaseosas son ricas en azúcares. El exceso en el consumo de azúcar deriva en serios problemas de circulación, digestión y metabólicos. Haz que consuman agua natural e incentívalos a hacerlo.
Pan, pasta, arroz, papas, cereales y legumbres contienen los hidratos de carbono suficientes para el metabolismo de tus hijos y les aportan vitaminas y minerales suficientes para el desarrollo.
No existen comidas malas por sí mismas, lo que sí debe existir es el control y equilibrio para tener una buena alimentación.