Si ya tomaste la decisión de iniciar una familia es importante conocer tu salud antes de dar cualquier paso.
Comer bien, hacer ejercicio y tener un estilo de vida saludable también aplica en estas condiciones.
Haz una cita con un médico para que te evalúe antes de quedar embarazada. El error que comete la mayoría es asumir que están en perfectas condiciones y cuando llega el estado de gestación surgen los problemas que terminan por afectar la salud del bebé y hasta poner en riesgo la vida de la madre por ello es importante considerar los beneficios de tener un seguro médico.
La atención prenatal al iniciar una familia es igual de importante que la que se obtiene durante y después del embarazo.
La planificación es la clave, el cuerpo sufre una metamorfosis tan grande en un periodo tan breve que requiere estar en las mejores condiciones posibles.
Antes de tener un bebé un profesional puede orientarte sobre las medidas preventivas, análisis, estudios y pruebas para evaluar cómo está tu cuerpo. Estas visitas que entran dentro los gastos de un bebé son conocidas como planificación pre embarazo.
Se trata de conseguir todas la pruebas posibles para cambiar los hábitos con tiempo y darle al cuerpo lo que necesita. El papá también debe entrar en este diagnóstico.
Aquellas mujeres con antecedentes de enfermedad cardiaca o renal, hipertensión, diabetes, lupus o VIH deben hacerlo con mayores razones.
El historial reproductivo cuenta. Muertes fetales, abortos involuntarios o nacimientos prematuros son factores a considerar. También las enfermedades de transmisión sexual, los problemas de peso y la edad.
Estos cambian necesariamente. Una vez que estés embarazada debes comer entre 100 y 300 calorías más por día. Ingerir cosas más sanas por supuesto que es buena idea pero muchas veces no sabemos qué nos hace mejor, de ahí la importancia de la opinión experta.
Comienza por agregar más frutas y verduras frescas a la dieta. Esto hará bien tanto al bebé como a la madre.
Los carbohidratos también deben ser más. Estos los encontramos en granos enteros como el pan de grano y el arroz integral.
Evita los azúcares, las bebidas endulzadas y los refrescos.
La carne, la soya y el frijol tienen proteínas que le van bien al feto, pero si optas por una dieta vegetariana hay que consultar con el experto acerca de los alimentos naturales que sustituyen las aportaciones de la carne.
Y no está de más decirlo. El alcohol y el tabaco quedan por supuesto fuera de nuestros hábitos.