Lo hemos leído, escuchado y visto tantas veces en campañas de comunicación social que a estas alturas parece increíble que aún haya quien no lo use.
La importancia del uso del cinturón de seguridad en vehículos es algo comprobado reiteradamente de todas las maneras posibles.
“Soy Jon Corzine, Gobernador de Nueva Jersey... ¡y debería estar muerto!”, lanzó el político demócrata en lo que podría calificarse como el discurso más importante de su carrera.
El 12 de abril de 2007 este político estadounidense (que Gobernó de 2006 a 2010 uno de los estados más ricos del país) estuvo a punto de perder la vida cuando el vehículo en el que viajaba chocó contra una barra de contención. Sus lesiones incluían fracturas en una pierna, once costillas, esternón, clavícula, vértebras y cortadas en la cara que requirieron cirugía plástica. No traía puesto el cinturón de seguridad y estuvo atado a un respirador artificial durante siete semanas.
Irónicamente, en 2001, cuando era Senador, había propuesto una ley que obligara que los menores de 16 años llevaran cinturón. Si él lo hubiera traído, sus lesiones hubieran sido infinitamente menores.
Para entender la importancia del uso de cinturón de seguridad podemos comenzar por analizar en cámara lenta qué es lo que ocurre al momento de un impacto, digamos a 60 kilómetros por hora.
Cuando el vehículo choca, los pasajeros siguen viajando a la misma velocidad. Si no traen puesto el cinturón, en fracciones de segundo impactan contra el parabrisas, el asiento, el tablero o contra otros pasajeros.
Incluso cuando el vehículo ya se detuvo, los órganos internos golpean contra el aparato esquelético o contra otros órganos causando estallamiento de vísceras o lesiones irreversibles.
De acuerdo con la Administración Nacional de Seguridad Vial (NHTSA, por sus siglas en inglés), las lesiones internas causan más muertes que los golpes externos.
Es necesario usar el cinturón no sólo para evitar que te golpees al interior del vehículo, sino también para mantenerte dentro de él ya que hay un 50 por ciento más de probabilidad que salgas expulsado si no lo traes.
Un respetado estudio de la Universidad de Washington arrojó cifras contundentes: utilizar el cinturón reduce un 86 por ciento el riesgo de morir en un accidente vehicular y un 52 por ciento el de sufrir heridas graves, sin contar que los tratamientos son un 80 por ciento más asequibles y la recuperación es sustancialmente más rápida.
¿Conclusión? John Corzine tuvo mucha suerte. Pero si tú te accidentes quizás no la tengas. Las cifras están a favor de que te lo pongas.