La carga genética que transmitimos a nuestros hijos es la causa principal de varias enfermedades hereditarias, pero no siempre las detona.
Para que una enfermedad genética se presente influyen muchos factores, como la combinación de genes con los de nuestra pareja, que el gen haya mutado por alguna razón o los factores ambientales que influyen en la crianza de los niños.
Como padres, siempre quisiéramos adelantarnos a los males que les pudieran ocurrir a nuestros hijos y evitárselos o encontrarles rápida solución, pero esto no siempre es posible.
La detección temprana, sin embargo, permite iniciar los tratamientos adecuados lo antes posible antes de que la enfermedad se manifieste o empeore.
Y no hablamos de trastornos genéticos muy raros o de consecuencias fatales, sino de padecimientos que, de no tratarse, pueden afectar la calidad de vida de quienes los sufren.
Aquí te enumeramos los más comunes:
Es un problema visual de la refracción que hace que el paciente vea borrosos los objetos que están a mayor distancia.
La probabilidad de padecerla si uno de los padres es miope es del 30 por ciento, y aumenta al 50 por ciento si lo son ambos.
Son dolores de cabeza intensos que se manifiesta con una sensación vibrante o pulsante en la cabeza y una gran sensibilidad a la luz y los sonidos fuertes. Quienes las padecen pueden sentir náuseas y experimentar vómitos.
Se ha confirmado que están involucrados factores genéticos en la composición cerebral pero también factores ambientales como la falta de sueño, la ingesta de ciertos alimentos y el estrés.
Si uno de los padres tiene exceso de peso, la probabilidad de que su hijo también lo sea es del 50 por ciento, pero si ambos lo son llega al 80 por ciento.
Es indudable que, aparte de la genética también influyen los hábitos alimenticios y de activación física inculcados en la familia. Pero los genes tienen un papel en la forma en que el cuerpo regula el hambre y el peso y la manera en que distribuye el tejido graso.
Los genes predisponen más a la diabetes tipo 2, la cual se desarrolla comúnmente en la adolescencia, que en la tipo 1 o infantil.
Para evitar su manifestación es conveniente cuidar la nutrición e inculcar el ejercicio para controlar el peso.
Cuando un padre es asmático, aumentan en 50 por ciento las probabilidades de que el hijo lo herede.
En caso de que los hijos la presenten, es importante cuidar los factores ambientales como la contaminación, el humo del tabaco y el polvo, así como moderar en él la práctica del ejercicio.
Los factores genéticos combinados con los ambientales pueden ser también causa de eccemas, algunos tipos de cáncer y depresión.
Si alguno de los padres ha padecido alguna de estas enfermedades es importante mantener una vigilancia estrecha en la salud del niño y realizarle los estudios de diagnóstico pertinentes.
Los seguros médicos son los mejores aliados cuando se trata de cuidar la salud de la familia, y más en estos casos, pues gracias a ellos las consideraciones económicas pasan a un segundo plano.
¿Tu familia ya está protegida con un seguro de gastos médicos? Recuerda que es la única manera de garantizarles la mejor atención de salud sin afectar a las finanzas familiares.