Un seguro es un servicio que siempre quieres tener, pero nunca quieres usar. Si te preguntas “¿De qué me sirve un seguro médico?”, la respuesta es muy sencilla: Adquirir un seguro médico es garantizar tu salud y tu patrimonio al mismo tiempo. Es una cuestión cultural, pero también económica.
Muchas personas piensan que al pagar un seguro estarán cien por ciento cubiertos contra todas las enfermedades, padecimientos y malestares posibles y por existir. Es como si quisieran un vehículo para carga, velocidad, todoterreno, masivo y ecológico. No existe, y si existiera, sería incosteable.
El seguro debe contratarse de acuerdo a tus condiciones y necesidades. De nada te sirve una cobertura por osteoporosis, si tienes 30 años. O tampoco tener una cobertura de embarazo si eres hombre. Aquí ser específico es lo primordial. No cuesta lo mismo un seguro médico para una pareja de 60 años, que uno para un hombre soltero de 25.
Otra cuestión son las preexistencias. Si ya tienes una enfermedad, no entrará en la cobertura al menos que quede especificado, lo cual elevará la prima.
Por salud: La salud es frágil y en un momento inesperado puede aparecer una enfermedad o un accidente que la quiebre. Una incapacidad corporal puede arruinar tu capacidad financiera.
Por prevención: Las aseguradoras realizan chequeos y revisiones médicas continuas que pueden detectar enfermedades a tiempo. Esto te puede ahorrar gastos altísimos que no están incluidos en tu presupuesto. Al final, el seguro médico te ayuda tanto a mantenerte saludable como a evitar problemas económicos ante un imprevisto.
Por emergencia: Cualquier asunto de urgencia hospitalario estará a tu disposición, independientemente de tu capacidad de pago y el seguimiento y rehabilitación, será sensiblemente más barato.
Por ahorro: los seguros médicos son más accesibles cuando el paciente es joven y sano, pero conforme avanzan los años las cuotas se van incrementando. Si lo contratas con tiempo, las compañías reconocen la antigüedad y las cuotas serán más benévolas en el futuro.
No invertir en un seguro médico en absoluto representa un ahorro. Si tu economía depende de tu trabajo, como la gran mayoría de las personas, entonces estar asegurado es tener tranquilidad y certeza para los años venideros.